A primera vista, parece fenomenal la conquista del espacio. Se trata de una estrategia que puede parecer de ciencia ficción, pero aseguran que es viable. Científicos de la NASA, la agencia espacial de EE.UU., aseveran que Marte podría ser habitable si se crea artificialmente algo que la Tierra ya posee: un campo magnético protector. Este escudo es fundamental para evitar el impacto de la radiación y los potentes vientos solares. Nos referimos a dicho argumento porque ya está disponible en Netflix “Oxígeno”, el nuevo largometraje del cineasta francés Alexandre Aja. Una singular propuesta de ciencia ficción protagonizada por Mélanie Laurent y rodada en Francia que pretende afianzar en la consciencia la posible habitabilidad en otros sistemas.
Estamos hablando de un nuevo relato de cómo la raza humana intenta aferrarse a la tecnología para cambiar su estructura vital natural para experimentar en otros espacios, desmereciendo este mundo que lo contiene todo, aunque fuertemente golpeado por nuestra inconsciencia. Esta producción expone, en realidad, dos direcciones. Una acerca de habitar Wolf 1061 c, un exoplaneta (planetas que orbitan alrededor de otras estrellas) que se encuentra en la órbita de la zona habitable de la estrella roja, en la constelación Ofiuco, a una distancia de 13,9 años luz de la Tierra.
Es el segundo planeta de un sistema del que se han hallado otros dos más. Su tamaño es mayor que el de la Tierra al poseer un radio 1,6 veces mayor. Debido a la distancia que hay entre Wolf 1061 c y la Tierra es necesario un estado de criogénesis o hibernación para un viaje tan largo (1). Y esto es precisamente lo que vemos en la película.
El otro trazo del film es la inteligencia artificial, investigaciones y avances sobre la clonación de humanos y el trasplante de memoria desarrollándose con aparente éxito en un mundo paralelamente azotado por una pandemia que deja miles de muertos.
Podría parecer demasiado básico mencionar que el guión firmado por Christie LeBlanc logra que la trama evolucione de tal forma que no agota. Magnetiza en una progresión de ciencia ficción bastante intensa. Irremediablemente destacable es el lugar que otorgan al proceso psicológico de la memoria que cobra fuerza y es determinante no solo para el desenlace sino en lo que se conoce como momento cumbre del rodaje.
Elaboraron una secuencia de arduo intento de la protagonista por recordar quién es para ayudarla frente a la situación de confinamiento que atraviesa. La memoria no es un tema básico ni menor considerando que hablamos de información codificada dentro del genoma humano, vital para el ejercicio evolutivo y el propósito de la trascendencia del Alma. Si bien el qué y para qué de la memoria celular podría ser un tema de bajo perfil para los espectadores y la industria en atención de lo que más vende, nuestro foco apunta a la información almacenada en nuestras estructuras, valiosa para sanar el cuerpo físico y etérico y poder evolucionar hacia otros estadios de la consciencia.
Fuente consultada (1) https://www.culturaocio.com/cine/noticia-director-oxigeno-explica-final-pelicula-netflix-quien-realmente-liz-20210516151933.html
Excelente propuesta Oxigeno, nos hace recordar el film Replicas (Keanu Reeves), por aquello de la transmisión de manera científica de conocimiento-experimentación a cuerpos aparentemente inertes; sin embargo podría dársele a Oxigeno un vistazo un tanto simbólico-alegórico, dejando ir la imaginación y pensar por un momento que la cabina con toda su perfección tecnológica es el (Cuerpo humano), la protagonista es (el Alma), cargada de información en su memoria mas celular y que al despertar de su realidad se resiste a ejercer como un replicante mas (Encarnación), y así se da la ficción y cualquier parecido a la realidad es solo coincidencia…..
Abrazos