La palabra “trauma” proviene del griego, y en ese idioma significa “herida”. Podemos ver que el trauma psicológico tiene paralelismos con una herida física: en esta hay un elemento externo, pero no basta con ese elemento. El trauma se caracteriza porque deja una “herida en el alma”, que tiene un correlato fisiológico en el cerebro. Esto implica que el suceso externo supera las capacidades de procesamiento de la persona, de modo que el esfuerzo por sobreponerse tiene una dimensión biológica en el sistema nervioso. (1)
En principio, puede causar trauma cualquier situación que desborde las capacidades del ser humano (2), y si está asociado a eventos con mamá y papá durante la infancia, podría convertirse en un drama psicológico que al pasar los años se bloquea de forma inconsciente.
La reciente miniserie de Netflix llamada Sigue Respirando es una metáfora ejemplar casi tomada de un hecho de la vida real (no siéndolo según sus creadores), acerca de los asedios producidos por la mente a causa de los traumas y miedos que lleva a cuestas una persona que desconoce sus elecciones como Alma y el juego Divino.
A propósito de ello, la sabiduría cósmica siempre nos acompaña para explicar que todo es la lila de Dios. Dulce y amargo, virtud o vicio, arriba y abajo. Ante la pregunta: “Entonces, ¿cuál es el camino para nosotros? ¿Tendremos que cosechar el resultado de nuestro pasado karma, no es así?”.
Sri Ramakrishna respondió: “Puede que así sea. Pero es diferente con los devotos de Dios. Escucha esta canción: ¡Oh mente mía, tú no sabes cómo labrar! Yermo yace el campo de tu vida. Si sólo hubieras trabajado bien, ¡Cuán rica cosecha habrías segado! Cércala por todos lados con el nombre de Kali si has de conservar tu cosecha; Este es el cerco más fuerte de todos, porque la Muerte misma no puede acercársele. Tarde o temprano amanecerá el día cuando tendrás que perder tus preciosos campos; Junta, oh mente mía, la fruta que quieras. Para semilla tuya siembra el sacro nombre de Dios que tu Gurú te ha dado, regándola fielmente con amor; Y si hubieras de hallar muy dura la faena, Clama por ayuda a Ramprasad. (3)
De cara a las situaciones de la vida y las creencias que se instauran en el inconsciente a razón de las propias heridas, se puede decantar esta historia de seis episodios, con una joven protagonista de 32 años a quien le acosa la furia, el dolor, la dureza y la indiferencia. Todo ello dentro de una capsula de desamor y desmerecimiento que la atrapó acongojada al no perdonar el abandono de su madre, quien se fue del hogar a causa de una enfermedad mental y la fragmentación que sobrellevaba.
La conflictiva relación de la niña interna con su madre continuó en una tormentosa convivencia con su padre que no supo cómo manejar debido a los traumas afectivos que desencadenó desde la infancia. Se convirtió en una chica frenética en constante lucha con todo.
Y esa misma lucha interna la llevó al accidental evento donde quedó atrapada en sí misma con las imágenes involutivas de su vida. Agotada, lastimada y sola con sus pensamientos delirantes se trasladó con sopor hasta un final de aceptación, rendición, perdón propio, y concilio con sus afectos primordiales padre y madre.
Podrán ver en esta aventura dramática una protagonista muy desolada en su consciencia, experimentando situaciones de alto riesgo y supervivencia. Es cuando le corresponde hacer frente a la sacralidad de los elementales y fundirse en ellos, en antagonismo de sus formas y costumbres de la vida diaria. Y como era de esperarse sus confusiones y fragilidad interna la asaltaron dadas su resistencia y desconocimiento del proceso que se había generado en lo que podría registrarse como un ejercicio para sanar a la niña interna.
Inevitablemente la cercaron, le mostraron todo de sí misma y las vulnerabilidades e imperfecciones que nos distinguen como seres creados por una Conciencia impoluta que ama todas las criaturas y les otorgó la libertad y gracia de perdonar y ser perdonados.
El Maestro Ramakrishna cantó sobre la Divina Madre:
La abeja negra de mi mente, en cabal deleite es arrastrada
A la flor de loto azul de los pies de mi Madre Shyama…
Alto en el cielo de los pies de la Madre, como una cometa se remontaba mi mente,
Cuando vino una ráfaga del rudo viento del pecado que velozmente la arrojó hacia la tierra. (4)
Y nuevamente:
Mora oh mente mía, dentro de ti misma,
No entres en ningún otro hogar.
Si sólo buscas allí, hallarás Todo cuanto buscas.
Dios, la verdadera Piedra Filosofal
Que contesta toda oración,
Yace escondido hondo dentro de tu corazón,
La más preciosa de todas las gemas. (4)
FUENTE:
https://www.espiralesci.es/wp-content/uploads/Acomp_las_heridas_del_alma_FJ_Romeo.pdf
El Evangelio de Sri Ramakrishna (Tomo I), El Evangelio de Sri Ramakrishna (Tomo I) Pág 220.
Muchas gracias por la recomendación. Las citas hacen saltar el corazón con dicha.
Gracias Veruska por este texto, por las citas de Ramakrishna y por esta atinada visión de esta serie. La vi y de inmediato la asocié con ese camino interno de perdón y aceptación. La volveré a ver con estas nuevas luces asociadas a la Madre Divina, a la madre biológica y a la niña interna. Es una bondad saber discernir los tránsitos en los que podemos estar caminando dentro de nuestro propio sendero y esta protagonista refleja perfectamente uno de esos senderos internos por transitar, si la desolación acecha, la ira carcome y la herida aún no sana. Gracias
PD: Nótese el guiño que resulta del título (para algunos). Respuesta siempre: respiro consciente.