Autores Universales | Escuela Valores Divinos
El Yoga del Bhagavad Guita, que escribió Paramahansa Yogananda, es una reflexión concisa y, sobre todo, inspiradora para cualquier persona despierta y activa en el ser. Es un encantador atrevimiento de revelación del significado más profundo de la simbología oculta en el Bhagavad Guita que, épicamente, nos acerca al campo de batalla de la vida diaria entre las tendencias negativas del ego humano y su lucha contra las cualidades divinas del alma que aguarda la liberación.
Paramahansa Yogananda
El Bhagavad Guita es la más amada de las escrituras de la India, la escritura que ocupa un lugar preeminente. Constituye el Sagrado Testamento o Biblia de los hindúes, el único libro al que todos los maestros recurren como fuente suprema de autoridad en materia de escritos de inspiración divina. Bhagavad Guita significa “El canto del Espíritu”, la divina comunión entre el hombre y su Creador basada en la percepción de la verdad, las enseñanzas del Espíritu manifestadas a través del alma, las cuales han de entonarse sin cesar.
Todo el conocimiento del cosmos se halla contenido en el Guita. Sumamente profundo y, no obstante, redactado en un revelador lenguaje de consoladora belleza y simplicidad, el Guita ha sido comprendido y aplicado en todos los órdenes de la actividad y del esfuerzo espiritual del hombre, cobijando bajo su amparo a una amplia gama de seres humanos –cada uno con su dispar naturaleza y sus diferentes necesidades–. Dondequiera que uno se halle en el camino de regreso a Dios, el Guita proyectará su luz sobre ese tramo del recorrido.
Los versos del Guita se hallan en el libro sexto de los dieciocho que conforman el Mahabharata, el gran poema épico de la India… Esta epopeya de venerable antigüedad –que tal vez sea el poema más extenso de la literatura universal– relata la historia de los descendientes del rey Bharata, los Pandavas y los Kauravas, primos entre sí, cuya disputa por el reino fue la causa de la cataclísmica guerra de Kurukshetra. El Bhagavad Guita, el sagrado diálogo acerca del yoga entre Bhagavan Krishna, que era tanto un rey terrenal como una encarnación divina, y su principal discípulo, el príncipe pandava Arjuna, tiene lugar, supuestamente, en vísperas de esta pavorosa guerra.
La figura clave del Bhagavad Guita es, por supuesto, Bhagavan Krishna. El Krishna histórico se halla envuelto en el misterio de la metáfora y la mitología propias de las escrituras. La similitud entre los títulos “Krish” y “Cristo” y entre historias relativas al milagroso nacimiento de Krishna y Jesús y a sus primeros años de vida ha llevado a algunas mentes analíticas a sugerir que ambos eran, en realidad, una única persona. Esta idea ha de desecharse por completo, incluso si tomamos como base las escasas evidencias históricas existentes en sus países de origen.
No obstante, existen en verdad algunas similitudes. Ambos fueron concebidos de manera divina y tanto su nacimiento como la misión que Dios les encomendó habían sido profetizados. Jesús nació en un humilde pesebre; Krishna, en una prisión (donde sus padres –Vasudeva y Devaki– eran mantenidos en cautiverio por el malvado hermano de Devaki, Kansa, que habían usurpado el trono de su padre). Tanto Jesús como Krishna fueron llevados en secreto a un lugar seguro para ponerlos a salvo de un decreto de muerte que ordenaba hallar y aniquilar a todos los hijos varones recién nacidos. Jesús era llamado “el buen pastor”; Krishna fue pastor de vacas en su infancia. Jesús fue tentado y amenazado por Satanás; Krishna fue perseguido por la fuerza del mal, que adoptando la forma de demonios trató infructuosamente de matarle.
La conciencia Crística Universal o Kutastha Chaitanya, la Conciencia Universal de Krishna, es “el hijo unigénito” o único reflejo no distorsionado de Dios que impregna cada átomo y punto del espacio en el cosmos. La conciencia de Dios se manifiesta plenamente en aquellos que tienen total realización de la Conciencia de Cristo o Krishna. Dado que su conciencia es universal, la luz que proyectan se irradia sobre todo el mundo… Cada vez que la virtud declina, un alma divinamente iluminada viene a la tierra para restablecer de nuevo la virtud (Guita IV:7-8). Un avatar o encarnación divina tiene dos propósitos sobre la tierra, uno cuantitativo y otro cualitativo.
Por medio de sus nobles enseñanzas acerca de la lucha del bien contra el mal, eleva cuantitativamente el nivel espiritual de la población en general. Sin embargo, el principal objetivo de un avatar es cualitativo: forjar otras almas que posean la realización divina, ayudando a tantos como le sea posible a alcanzar la liberación. Este último es un lazo espiritual muy personal e íntimo entre gurú y discípulos; se trata de la unión entre los leales esfuerzos espirituales del discípulo y las divinas bendiciones otorgadas por el Gurú. Son estudiantes quienes solo reciben una pequeña parte de la luz de la verdad, mientras que son discípulos aquellos que siguen el sendero con firmeza y perseverancia, con dedicación y devoción, hasta encontrar su propia libertad en Dios. En el Guita, Arjuna se presenta como el símbolo del devoto ideal, del discípulo perfecto.
Cuando Sri Krishna se encarnó en la tierra, Arjuna (que en su vida anterior había sido un gran sabio) nació también para acompañarle. Los grandes seres siempre traen consigo compañeros espirituales de vidas pasadas para que los ayuden en su misión presente. El padre de Krishna era hermano de la madre de Arjuna, de modo que Krishna y Arjuna eran primos; si bien compartían vínculos de sangre, los unía, sin embargo, el lazo aún más poderoso de la unidad espiritual.
En el Bhagavad Gita, nuestra atención se centra en la función de Sri Krishna como gurú y consejero de Arjuna, así como también en el sublime mensaje de yoga que en su papel de maestro predicó al mundo –el camino de la acción correcta y de la meditación para alcanzar la comunión divina y la salvación–, un mensaje cuya sabiduría le ha entronizado en el corazón y la mente de los devotos a lo largo de los siglos.
El mensaje de Krishna en el Bhagavad Guita constituye la respuesta perfecta para la era moderna y para todas las eras: el yoga de la acción prescrita por el deber, del desapego y de la meditación para alcanzar la unión divina. Trabajar sin experimentar la paz de Dios en nuestro interior es un infierno. Trabajar, en cambio, sintiendo que el gozo del Señor brota constantemente en el Alma es llevar dentro de nosotros un paraíso portátil a dondequiera que vayamos.
El sendero que Sri Krishna aconseja en el Bhagavad Guita es el dorado camino medio de la moderación tanto como para el ocupado hombre de mundo como para el aspirante espiritual más elevado. Seguir el sendero propuesto en el Bhagavad Guita representaría la salvación de ambos, ya que éste es un libro que trata de manera universal acerca de la realización del Ser, poniendo al hombre en contacto con su Ser verdadero, el alma, y mostrándole cómo se ha originado del Espíritu, cómo llevar a cabo sus justas obligaciones en la tierra y cómo retornar a Dios.
La sabiduría del Guita no tiene como objeto que los áridos intelectualistas realicen con sus asertos un despliegue de piruetas mentales para entretenimiento de los dogmáticos, sino, por el contrario, mostrar a los hombres y mujeres del mundo, ya sea que se trate de personas con responsabilidades familiares o de renunciantes, el modo de vivir una vida equilibrada que incluya el contacto verdadero con Dios mediante la práctica de los métodos graduales del yoga.